Por Horacio Ibarra
Beto Avila podía presumir su estatua en las afueras del Deportivo Universitario de Veracruz que llevaba su nombre y Nelson Barrera podía hacer lo mismo en Campeche, pero Héctor Espino es el único beisbolista que podría ufanarse de contar hasta con cuatro estatuas en diferentes lugares.
Sí, el afamado beisbolista que falleciera en 1997 fue homenajeado por cuatro diferentes instituciones que honraron su memoria de una manera importante.
En Chihuahua, su tierra natal
La primera estatua colocada en su honor fue instalada en Chihuahua, su tierra natal. Eso aconteció el 10 de marzo de 1998. Esta se encuentra en la Unidad Deportiva, en un corredor que lleva al parque de beisbol Manuel L. Almanza, donde jugaban los Dorados.
La estatua cuenta con la siguiente leyenda:
“La comunidad chihuahuense rinde homenaje al brillante beisbolista y distinguido chihuahuense que proyectó el beisbol en México y en el extranjero.
“El 10 de marzo de 1998 siendo Gobernador Constitucional del estado de Chihuahua el C. P. Francisco Barrio Terrazas”.
“El 10 de marzo de 1998 siendo Gobernador Constitucional del estado de Chihuahua el C. P. Francisco Barrio Terrazas”.
El Salón de la Fama del Beisbol Profesional ubicado en la ciudad de Monterrey fue la segunda institución en honrar su memoria.
Su estatua fue colocada después de la remodelación de 1997 y cuando el recinto abrió sus puertas al año siguiente ahí estaba la estatua del famoso Supermán de Chihuahua junto a la de Beto Avila, Fernando Valenzuela, Babe Ruth, Ty Cobb y Cy Young.
Hermosillo le rinde homenaje
La tercera estatua en su honor fue colocada precisamente en la entrada al estadio de los Naranjeros de Hermosillo que llevaba su nombre. Eso aconteció el 15 de octubre de 1998, de acuerdo a la colaboración de Jesús Alberto Rubio.
Su imagen aparecía rodeada de bates, como un homenaje de la afición al ilustre jonronero que dejara infinidad de páginas doradas en los libros de récords gracias a su portentosa ofensiva.
Esta fue instalada en una calle cercana al Estadio Sonora y tal parece va a ser reinstalada próximamente en el interior del nuevo inmueble.
Distinguido en el Estadio Monterrey
El cuarto reconocimiento fue brindado por la organización de los Sultanes de Monterrey el 20 de mayo de 1999 como parte de la celebración del 60 aniversario de la novena.
Cientos de personas se dieron cita en la explanada del Estadio Monterrey para atestiguar el importante homenaje ideado por la directiva del equipo regiomontano.
Ahí estuvo doña Carmen Vázquez de Espino, así como sus hijos Héctor y Gabriela, Daniel y Omar, quienes jugaban con Sultanes y Tecolotes de Nuevo Laredo, respectivamente.
Sin duda alguna, Héctor Espino ha sido el mejor bateador del beisbol mexicano, tal como dice una de sus estatuas, razón de más para brindarle esa multitud de reconocimientos.
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